Espada & Mortero
Los Sueños y la
Biblia
Ignacio García
La
interpretación de los sueños que son de Dios casi siempre fueron ¡malas
noticias para todos!
(incluso, para José, el pobre novio de María). ¿Por qué entonces habría de cambiar el tono de
los sueños con agoreros que predican pura fiesta y jolgorio?
El tema de lo
sueños en la Biblia es una de las formas en que Dios se revela al hombre Su
Verdad. Aunque poco usada, no se puede negar que exista, y se da con dos
elementos importantes: el sueño y la revelación del sueño. Sustancialmente,
tiene validez sólo si se presta mucha atención a que concuerde con la
revelación que Dios ya nos ha dado a través de Su Palabra, la Biblia.
He estado en algunas
iglesias donde existen “soñadores”. La mayoría de los sueños revelados a ellos,
se traducen luego en el sentido de: “Soñé una gran multitud que se
acercaba a la iglesia, y ya no cabíamos y Dios ordenaba que nos ampliáramos…” O
bien sueños (“revelaciones”) multitudinarios dirigidos a los hermanos de la
asamblea en el sentido de que “Dios lo va a prosperar en sus negocios… Dios
tiene grandes planes para Usted… Dios quiere que le sirva más, hermano”. O bien
(no faltan), aquellos en los que el líder “sueña” que la congregación “debe dar
todo lo que tiene (dinero, bienes, esfuerzo) para la buena marcha de la
iglesia”. Y cosas semejantes que no revelan nada nuevo, o bien, simplemente
ditirambos a diestra y siniestra, propios de la cosecha del que tiene el
“sueño”. Todas las cosas “reveladas” en esos cultos, están implícitas en la
vida diaria del hombre: no haría ni hace falta de ningún sueño para conocer
cosas que son más que obvias o bien (en el mayor de los casos) absurdas e
incoherentes. Lo grave ocurre cuando “soñadores” profesionales se aprovechan de
la ingenuidad de sus miembros y usan estas revelaciones para estafarlos. Pero,
bueno, ya mejor ni hablo de eso. Mejor continúo diciendo que tanto sueño como
revelación en la Biblia contienen elementos bien claros que aquí deseo
comentar.
El Sueño no es de carácter “directo”
Como en el caso, por
ejemplo, de los que sueñan “ver una
iglesia llena”. El sueño bíblico viene
acompañado de símbolos que son, precisamente, los que tienen que ser
desvelados por el intérprete. Por ejemplo:
·
José sueña manojos de trigo; también sueña estrellas, a la luna y al
sol.
·
El copero sueña con uvas, una copa.
·
Y el panadero sueña canastillos, manjares y cuervos.
·
Faraón con vacas gordas y flacas.
·
En Jueces 7:13-14 existe una narración en la que alguien anónimo, sueña
con “un pan de cebada que rueda hasta el campamento de Madián…”.
·
Daniel, por su parte, sueña con bestias, etc.
La interpretación no se hace de elementos vagos
Ni tampoco el sueño es dado
fuera de ciertos simbolismos. Aunque, es cierto, existe el mensaje personal a
través del sueño, como en el caso de José el carpintero, a quien se le anuncia
lo que sucede con María (Mateo 1:20), o la visión de Pablo acerca de visitar
Macedonia (Hechos 16:9). En la interpretación, entonces, cada uno de los elementos
del sueño es traducido a su equivalente real: las estrellas son los hermanos de
José, la luna su madre; las vacas flacas representan años de sequía; la estatua
soñada por Nabucodonosor, representa los imperios
mundiales; el pan de cebada, a los ejércitos de Gedeón…
y así por el estilo.
La Interpretación puede ser inmediata o a largo plazo
Por supuesto, los falsos
soñadores la prolongan el plazo lo más que se pueda. Pero en la Biblia
encontramos que el sueño de José es inmediatamente interpretado por sus
hermanos y padres (Génesis 37:8-10). El del pan de cebada, es también
interpretado al instante por un amigo de aquel hombre anónimo. Algunas veces,
la interpretación del sueño tarda una hora (Daniel 4:19). Otras veces fue
dejada definitivamente para ser revelada en los últimos tiempos.
Las interpretaciones se cumplieron
Algo que no sucede con
frecuencia; de hecho, es rarísimo que los soñadores atinen a su profecía. Por
el contrario en la Biblia se exige que el que profetice sea exigido al cumplimiento
de lo que dice. El cumplimiento puede ser:
1) Inmediato. Al
tercer día fue restaurado el trabajo del copero, y la
muerte del panadero se cumplió; la victoria de Gedeón
sobre los madianitas fue un éxito al otro día; y el embarazo de María no dejó
lugar a dudas: se llevó a cabo en los próximos nueve meses.
2) A mediano plazo.
El liderazgo de José, la locura de Nabucodonosor, las
sequía y abundancia en Egipto.
3) Y a largo plazo.
Los imperios medo-persa, griego, romano de la estatua de Nabucodonosor.
Las
interpretaciones, casi nunca fueron hechas por el mismo que soñó.
Esto es muy importante
porque es bien fácil pararse a media congregación y decir “soñé, y esto quiere
decir lo que soñé”; en la Biblia no parece ser ese el método, sino que se requería
que el soñador tuviera un intérprete por separado para dar mayor validez al
hecho y evitar así los fraudes. Así es como hallamos las parejas
soñador-intérprete:
·
José-Sus hermanos
·
José-Sus padres
·
Copero-José
·
Panadero-José
·
Faraón-José
·
Nabucodonosor-Daniel.
Es interesante ver que
Daniel no pudo interpretar uno de sus propios sueños (Daniel 7:1-14),
tuvo que ser “un hombre extraño” quien se lo interpreta. Asimismo existe la dupla
Daniel-varón, a este varón se le identifica como Jesucristo (Daniel 10). Y en
otra ocasión el equipo lo forman Daniel-Arcángel Gabriel (Daniel 8:1-14).
Creo que está bien claro: si
alguien en la iglesia desea profetizar visión a través de sueños, lo que menos
debería hacer es buscarse, como lo ilustra la Biblia, a su intérprete. Lo
difícil para los embaucadores sería encontrar un socio dispuesto a hacerla de
traductor fraudulento…Como no lo hallan fácilmente, y sin tomar en cuenta la
enseñanza bíblica, se “lanzan” por su cuenta a “profetizar” barbaridad y media.
Lo mejor (o lo peor, según
sea el caso) en la Biblia, es que en ocasiones quien soñó, no podía recordar ni
lo que había el mismo soñado. El intérprete no sólo tuvo que traducir el sueño,
¡sino decirle a otro lo que soñó! Y luego interpretar. (Daniel 2)
¿Cuántos de estos intérpretes existen hoy en la iglesia?
La
interpretación siempre va en línea del plan universal de Dios, jamás a favor de
ambiciones o planes de carácter personal.
Es claro que José estaba en
la línea histórica de Dios para preservar la dinastía mesiánica; que el copero serviría a los propósitos de Dios con José; que los
sueños de Daniel y Nabucodonosor delinearon la marcha
de la historia hasta la llegada del Mesías y su posterior Segunda Venida.
Incluso, el muy personal
sueño de José, esposo de María, lleva como propósito un plan universal divino.
En ningún lado se encuentran sueños que competen a fulano o mengano en vísperas
de volverse ricos u obtener una casa más grande, o una iglesia más amplia
mediante el entre de un billete más generoso para que así la iglesia crezca en
seis meses: sólo porque así lo “soñó” alguno de los líderes.
Un falso
“soñador” es fácilmente detectable debido a la lisonja y la caravana con
sombrero ajeno.
Peor aún cuando los dichos
sueños y “profecías” no paran con la alabanza desmedida hacia el pastor, su
familia y los líderes, con vaticinios de
progreso, con augurios de grandeza y predicciones de prosperidad sin límites
para todos los miembros de la iglesia. “Hablan de paz, y no hay paz”, dice
Jeremías. Lo que se traduce como que existen soñadores que miran la condición
deplorable de algunas iglesias y no son capaces de denunciar este deterioro; saben
de la vida desordenada de algún líder o el propio pastor, y lo alaban en vez de
exhortarle.
La interpretación de los
sueños que son de Dios casi siempre (si ustedes repasan las citas estudiadas
arriba) fueron ¡malas noticias para todos! (incluso, para el pobre novio
de María). ¿Por qué entonces habría de cambiar el tono de los sueños con
agoreros que predican pura fiesta y jolgorio?
Final
No quiero terminar sin
recomendar el libro de Jeremías 23 que parece ser una especie de Manual para
Soñadores. Aquí se transcribe: juzguen ustedes.
“¡Ay de los pastores que
destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová. Por tanto, así ha
dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros
dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí
que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová. Y yo mismo recogeré el
remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver
a sus moradas; y crecerán y se
multiplicarán. Y pondré sobre ellas
pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán
menoscabadas, dice Jehová.
He aquí que vienen días,
dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el
cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será
salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será
su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra. Por tanto, he aquí
que vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: Vive Jehová que hizo subir a
los hijos de Israel de la tierra de Egipto, sino: Vive Jehová que hizo subir y
trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las
tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra.
A causa de los profetas mi
corazón está quebrantado dentro de mí, todos mis huesos tiemblan; estoy como un
ebrio, y como hombre a quien dominó el vino, delante de Jehová, y delante de
sus santas palabras. Porque la tierra está llena de adúlteros; a causa de la
maldición la tierra está desierta; los pastizales del desierto se secaron; la
carrera de ellos fue mala, y su valentía no es recta. Porque tanto el profeta
como el sacerdote son impíos; aun en mi casa hallé su maldad, dice Jehová. Por
tanto, su camino será como resbaladeros en oscuridad;
serán empujados, y caerán en él; porque yo traeré mal sobre ellos en el año de
su castigo, dice Jehová. En los profetas de Samaria he visto desatinos;
profetizaban en nombre de Baal, e hicieron errar a mi pueblo de Israel. Y en
los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y andaban en
mentiras, y fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese
de su maldad; me fueron todos ellos como Sodoma, y
sus moradores como Gomorra.
Por tanto, así ha dicho
Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer
ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén
salió la hipocresía sobre toda la tierra. Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con
vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.
Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a
cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal
sobre vosotros. Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su
palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? He aquí que la tempestad
de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la
cabeza de los malos. No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho,
y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días
lo entenderéis cumplidamente. No envié yo aquellos profetas, pero ellos
corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado
en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho
volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová,
y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que
yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? Yo he oído lo
que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo:
Soñé, soñé.
¿Hasta cuándo estará esto en
el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño
de su corazón? ¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con
sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se
olvidaron de mi nombre por Baal? El profeta que tuviere un sueño, cuente el
sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué
tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová. ¿No es mi palabra como fuego,
dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? Por tanto, he aquí que yo
estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su
más cercano. Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan
sus lenguas y dicen: El ha dicho. He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que
profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus
mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho
hicieron a este pueblo, dice Jehová. Y cuando te preguntare este pueblo, o el
profeta, o el sacerdote, diciendo: ¿Cuál es la profecía de Jehová? les dirás:
Esta es la profecía: Os dejaré, ha dicho Jehová. Y al profeta, al sacerdote o
al pueblo que dijere: Profecía de Jehová, yo enviaré castigo sobre tal hombre y
sobre su casa. Así diréis cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano:
¿Qué ha respondido Jehová, y qué habló Jehová? Y nunca más os vendrá a la
memoria decir: Profecía de Jehová; porque la palabra de cada uno le será por
profecía; pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, de Jehová de los ejércitos,
Dios nuestro. Así dirás al profeta: ¿Qué te respondió Jehová, y qué habló
Jehová? Mas si dijereis: Profecía de Jehová; por eso Jehová dice así: Porque
dijisteis esta palabra, Profecía de Jehová, habiendo yo enviado a deciros: No
digáis: Profecía de Jehová, por
tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y arrancaré de mi presencia a
vosotros y a la ciudad que di a vosotros y a vuestros padres; y pondré sobre
vosotros afrenta perpetua, y eterna confusión que nunca borrará el
olvido".
REMATE
A todo esto quiero decir que
sí creo que todavía Dios nos habla a través de los sueños. El ser bíblico y
honesto ha sido mi prioridad en este tema. Por eso, si algún sueño de
revelación prefiero, es el del libro de Job 33: 15-16, en el que se me dice
que:
“Por sueño, en visión nocturna, Cuando el
sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho, Entonces
[DIOS] revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo”.
Lo que Job dice es que, aun
dormido, el Señor habla a mi alma para señalarme su consejo, recordarme su
Palabra. Pero dice también, en un hermoso subrayado, que Dios me habla así
porque en su revelación nocturna tiene un propósito: apartarme de mis propias
obras, separarme de mi soberbia, detener y preservar mi alma de la muerte, y evitar
que mi vida perezca a espada.